La angiografía corresponde a un procedimiento clínico diagnóstico, utilizado para fotografiar la circulación retinal y coroidea y así evaluar la funcionalidad de esta, pudiendo detectar fugas o alteraciones de los vasos sanguíneos. En primera instancia se dilatan las pupilas, luego se realizan fotografías a color, después se procede a inyectar un medio de contaste llamado fluoresceína por vía venosa e ir capturando fotográficamente el paso del contraste por los vasos retínales. Es una gran herramienta en el diagnóstico y seguimiento de las enfermedades vasculares. Posterior al examen, la piel y la orina adoptarán un tono amarillo verdoso por aproximadamente 48 horas (efecto propio del colorante inyectado).